En el pasto estás.

Y vos, debes estar revolcandote, dando miles de vueltas, con toda la locura en tu cabeza, con los acordes, la música, con tus ganas de rockear, de hacerte famoso, de fumarte una chala (¿por qué no?), de abrirte la cabeza con tu melomanía reinante, con ganas de que haga más frío que calor, con ganas de que venga Pearl Jam, con ganas de tocar la guitarra, con ganas, con tantas ganas, que a mi no me incumben.
Al fin lo entendí.
Mi amor, vos estás allá, en tu mambo, en tu universo de una sola persona.
Y yo, estoy acá, al fin entendiendo, de qué se trata esto de olvidarte.
Ya está. Ya no dolés.