Bien, ya han pasado unos cuantos días. Desde que dejé de verte, desde que decidí no estar más con vos. Yo sé bien en el fondo, que era lo mejor, aunque esa misma noche llorara, aunque sintiera que iba a necesitar tus besos y abrazos, YO SABÍA que era lo mejor. Y aún hoy lo sostengo porque, necesariamente dejó de doler. ¿Y por qué ya no duele? Porque nunca entendiste mi dolor, nunca entendiste lo que yo realmente te quería. Pero yo entendí que si soportaba más, no iba a ser feliz. Por más que cuando estaba con vos, era feliz. Pero cuando no te tenía, las dudas y los temores rondaban por mi bendito cráneo y SIEMPRE me terminabas dando un motivo para no estar bien. Yo ya estoy bien y realmente me alegro, porque con el paso de los días me dí cuenta que no tenés ni un mínimo cargo de conciencia por lo que me hiciste sentir. Por lo MAL que me hiciste sentir, siendo que nunca yo te di motivos para hacerlo. Era muy irreal que pudiésemos estar bien y juntos, pero yo realmente tenía fe en que pudiera llegar a importarte aunque sea un poco. Una vez más (una vez más!) te importo poco y nada. Una vez más jugaste con lo que sentía. Por eso, antes de que vos te decidas a respetarme, decidí respetarme YO. Y por eso te dejé. Que te quede en claro que fue por tu culpa.

TU CICATRIZ EN MÍ

ESTOY TRISTE, JAMÁS QUISE DEJARTE IR. ME OBLIGASTE.